La rubia -que vuelve a Chile para el Festival de Olmué- confesó que hace mucho tiempo que no desea cosas materiales como viajes, autos o joyas. "En casa nos entregamos los regalos, compartimos, oramos, nos deseamos lo mejor; oramos, escuchamos música, sacamos las fotos de los que ya se fueron y hablamos de ellos, cenamos en casa o en un restaurante", compartió.
Junto a su marido, el chileno Rodrigo Espinoza, da gracias por su mejor regalo, su hija Camila, que llegó a su vida hace casi tres años. "Cuando ya eres mamá las cosas cambian, ya mi hija me extraña; ahora con los conciertos en el Auditorio la veía muy poco; si tenía un tiempo estaba una hora o dos con ella. Pero aun así, está en la edad del apego, hasta al baño quiere que la lleve, pero el ambiente artístico así es, los hijos se tienen que acostumbrar a que sus padres trabajan... Ya con un hijo lo piensas, es como un freno, porque a mí nadie me frena, bueno sí, Dios".
Confesó que le encanta recibir pijamas, y si son con motivos de Hello Kitty o graciosos, mucho mejor.
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