La cantante Rihanna parece estar ocupando el lugar que dejó Amy Winehouse: borracheras, polémicas, excesos forman parte de un cóctel del que ella no puede despegarse. De hecho, el sábado pasado, en un show en Portugal la cantante vomitó, debido al alcohol ingerido.
Una revista estadounidense entrevistó a un cercano que aseguró que ella "pierde el control en las fiestas" y que ha dejado de interesarse por su carrera, dañándose la garganta al fumar en exceso.
"Tiene que trabajar extra debido a la cantidad de alcohol que bebe. Le han pedido que se calme, pero si no lo hace su sello discográfico pronto comenzará a amenazarla", aseguró.
El problema, para el "amigo", es que "ella nunca para, nunca se relaja por completo. Pasa la mayor parte de su tiempo en el estudio, en el escenario o en los bares. Los médicos están preocupados porque esto es un exceso. Necesita descansar".
Como si esto fuera poco, una revista holandesa le hizo un reportaje titulado "Ultimate Nigga Bitch" (literalmente: "la gran perra negra") lo que motivó que ella insultara a la publicación por Twitter.
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