¿Has
notado como la música puede hacer vibrar tus sentidos? ¿Emocionarte,
reír, Llorar? , de alguna manera tiene efectos sobre nuestras emociones y
estado de ánimo. Pero nunca nos hemos preguntado que parte de nuestro
cerebro es la que reacciona ante la música; y ¿Qué efectos tiene esta
sobre nosotros y sus diferentes géneros? Te invito a seguir esta serie
de artículos en el cual descubriremos los orígenes y efectos de los
diferentes tipos de música en nuestro cerebro
¿Existe un centro cerebral para la música?
El
cerebro humano está dividido en dos hemisferios. Tradicionalmente se ha
identificado al hemisferio derecho como el lugar de la apreciación
musical. Pero no se ha encontrado como tal el “Centro de la Música “.
Estudios en personas con daño cerebral sin importar el lado del
hemisferio dañado revelaron que la percepción de la música emerge de la
interrelación y la actividad de ambos lados del cerebro.
Al escuchar música se activan diversos centros repartidos por el cerebro incluidos centros que están involucrados en otro tipo de cognición. Estas zonas activas o centros varían según la experiencia y formación musical de cada persona. El oído cuenta con menos células sensoriales (3500 células ciliares internas) que otros órganos sensoriales. El ojo por ejemplo posee 100 millones de fotorreceptores. Sin embargo nuestra respuesta a la música es extraordinariamente adaptable, bastan pocas horas de entrenamiento para modificarla.
Al escuchar música se activan diversos centros repartidos por el cerebro incluidos centros que están involucrados en otro tipo de cognición. Estas zonas activas o centros varían según la experiencia y formación musical de cada persona. El oído cuenta con menos células sensoriales (3500 células ciliares internas) que otros órganos sensoriales. El ojo por ejemplo posee 100 millones de fotorreceptores. Sin embargo nuestra respuesta a la música es extraordinariamente adaptable, bastan pocas horas de entrenamiento para modificarla.
El sistema auditivo
El
estudio de las imágenes cerebrales ha arrojado luz sobre la respuesta
del cerebro a la música. Particularmente ha permitido profundizar en
cómo el oído suministra los sonidos al cerebro. Igual que otros sistemas
sensoriales, el auditivo muestra una organización jerárquica: consta de
una serie de estaciones neuronales de procesado que van desde el oído a
la corteza auditiva, el nivel más elevado. El procesamiento del sonido
de las notas musicales empieza en el oído interno (cóclea) aquí se
descompone un sonido complejo en las frecuencias que lo constituyen.
Luego la cóclea trasmite esta información a lo largo de fibras del
nervio auditivo, cada una con afinación distinta que operan como trenes
de descarga neuronales que llegan a la corteza auditiva en el lóbulo
temporal. Cada célula del sistema auditivo está afinada para responder
de forma óptima a una nota o frecuencia concreta. La curva de afinación
de una célula se solapa con la curva de las células vecinas de modo que
no quedan huecos en la percepción del espectro acústico.
Algunos
circuitos del cerebro responden específicamente a la música pero al
mismo tiempo parte de estos circuitos participan en otras formas de
procesamiento del sonido. Por ejemplo la región del cerebro encargada
del “pitch” está también involucrada en la percepción del habla.
El
lado izquierdo del cerebro en la mayoría de la gente se destaca en el
procesamiento de cambios rápidos en la frecuencia e intensidad tanto de
la música como del habla.
Ambos lados son necesarios para la percepción completa del ritmo. Por ejemplo ambos hemisferios necesitan estar en actividad para distinguir la diferencia entre un tiempo de 3/4 y 4/4.
Ambos lados son necesarios para la percepción completa del ritmo. Por ejemplo ambos hemisferios necesitan estar en actividad para distinguir la diferencia entre un tiempo de 3/4 y 4/4.
La corteza frontal, donde se almacenan los recuerdos,
también juega un papel importante en la percepción del ritmo y la
melodía. Algunos estudios por imágenes indican que cuando el individuo
se concentra más en los aspectos armónicos de la música produce mayor
activación en las regiones auditivas del lóbulo temporal derecho. El
timbre depende también del lóbulo temporal derecho. Los pacientes que se
les ha quitado el lóbulo temporal derecho muestran dificultad para
diferenciarlo.
Otras investigaciones han encontrado que hay
actividad en regiones del cerebro que controlan el movimiento sólo
cuando las personas escuchan música incluso aunque no muevan ninguna
parte de su cuerpo.
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