Con la familia Jackson en pleno nuevamente presente en tribunales continuó ayer el juicio a Conrad Murray, el médico acusado del asesinato involuntario del "Rey del Pop" el 25 de junio de 2009. En el segundo día del proceso, la fiscalía siguió presentando los testimonios que buscan probar la culpabilidad del doctor personal de Michael Jackson en su fallecimiento.
El día comenzó con el cierre del testimonio de Paul Gongaware, ejecutivo de la productora que organizaba los shows que el cantante tenía planificados en Londres para ese año. El empresario había comenzado a testificar el martes, pero recién ayer terminó su intervención. El habló, por ejemplo, del sueldo que recibía Murray por su labor, que ascendía a US$ 150 mil al mes, aunque en un principio el médico había pedido US$ 5 millones al año. Además, Gongaware se refirió a la aparente buena salud del artista durante los preparativos para sus fallidos shows.
Más tarde llegó el turno de testificar al asistente personal de Jackson, quien se refirió específicamente a los acontecimientos ocurridos en el día mismo de la muerte. Así, Michael Williams habló de una llamada que recibió de Murray alertándolo de que Jackson había "tenido una mala reacción", pero aseguró que en ningún momento le solicitó que llamara una ambulancia. Además, afirmó que el médico intentó volver a entrar a la residencia del músico luego de que fuera declarado muerto, según le explicó, para buscar una pomada que, según él, avergonzaba al cantante.
El guardaespaldas de Jackson, Faheem Muhammad también subió al estrado para hablar del día del fallecimiento. El afirmó que dos de los hijos del artista, Paris y Prince, presenciaron los intentos fallidos de Murray por resucitarlo.
Fuente: La Tercera
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