Si toda la comida está a tu cargo, entonces, según el clima de la región, elige el menú más adecuado:
si hace calor, lo mejor son los platos fríos y livianos, ya que las
estrellas de la cena no son los platos principales, sino los dulces y
confituras que se comen después. Además, la comida fría
se puede preparar con anterioridad suficiente para que no tengas más
trabajo que el de ponerla en la mesa. Si la comida es caliente, entonces
procura preparar con anticipación todo lo que se pueda y sólo
mantenerlo caliente hasta el momento de servir.
Una buena opción es llevar a la mesa los platos servidos, así te ahorrarás mucho espacio. Sino, procura tener una mesa auxiliar donde servir.
Si
la familia llega temprano, lo mejor es tener aperitivos preparados o
casi listos dispuestos en una mesa, pero no en la que servirás la
comida, ya que esta debe estar dispuesta desde el primer momento, lista
con la vajilla, las copas y cubiertos, para que se luzca la decoración.
Las
bebidas que sirvas tendrán que ser las mismas que se ofrezcan para
comer, a menos que la comida sea muy especial y se sirva con alguna
bebida específica.
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