Llevar a la suegra, a otro
familiar o a un amigo de los chicos puede ser una ventaja o un problema.
Para evitar conflictos debe existir una comunicación fluida respecto de
las expectativas y el rol de cada uno para que todos la pasen bien.
Si
va la suegra, tiene que quedar claro por qué quieren compartir las
vacaciones con ella, y qué se espera de ella: ¿que simplemente tenga una
oportunidad para pasear o la llevamos porque hay niños pequeños para
cuidar?
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